TIPOS DE PROYECTOS EMPRESARIALES

Un proyecto empresarial es un proyecto de negocios que busca insertarse en el mercado aportando soluciones innovadoras y competitivas.

Para definir qué es un proyecto empresarial, es importante saber en primer lugar, qué es un proyecto.

Un proyecto es una iniciativa que busca dar solución a un problema de negocios que no ha sido completamente resuelto por la oferta existente. El proyecto involucra personas, procesos, presupuestos y un objetivo.

La finalidad del proyecto también puede ser mejorar la posición actual frente al mercado y en este sentido, un proyecto empresarial busca desarrollar nuevas capacidades en la empresa.



Proyecto empresarial al interior de una empresa en funcionamiento

La construcción de una nueva planta para aumentar la producción de un producto es un proyecto empresarial que tendrá autonomía respecto del negocio como tal, esto, porque para llevar a cabo el proyecto se requiere de algunas cosas mínimas:

Jefe de proyecto: Que estará a cargo de la ejecución del proyecto de inicio a fin. Tiene injerencia sobre el proyecto, pero no sobre el negocio.

Equipo del proyecto:  Personas que trabajarán durante la construcción de la nueva planta. Pueden ser parte de la empresa dueña de la planta, o externos, pero tienen dedicación exclusiva sobre el proyecto.

Presupuesto del proyecto: Monto asignado para desarrollar el proyecto, se le denomina “presupuesto de inversión”, porque el retorno llegará una vez la empresa cuenta con la planta para la producción adicional del negocio. Este presupuesto es distinto del presupuesto de operación de la empresa.



¿Cuáles son los principales tipos de proyectos?

Cuando se habla de proyecto siempre es necesario especificar algo más que permita definir el área o sector donde sus competencias se desarrollarán. Existen muchos tipos de proyectos, pero los más comunes son:

a) Según el grado de dificultad que entraña su consecución:

Proyectos simples: aquellos cuyas tareas no tienen demasiada complejidad y que se pueden realizar en un tiempo relativamente corto.

Proyectos complejos: son los que demandan mayor planificación o cuyas tareas son numerosas y requieren de una organización distinta a la un proyecto simple. El tren de alta velocidad en La Meca es un buen ejemplo.

b) Según la procedencia del capital:

Proyectos públicos: se financian en su totalidad con fondos públicos o que provengan de instituciones gubernamentales.

Proyectos privados: sus aportes provienen exclusivamente de la iniciativa privada o de empresas con capital particular.

Proyectos mixtos: combinan las dos formas de financiación: la pública o de entidades estatales y la privada.



d) Según el ámbito:

Proyectos de ingeniería: son aquellos dirigidos al diseño y elaboración de herramientas técnicas y tecnológicas, maquinaria de uso industrial, y otra serie de elementos, en función de la especialidad.

Proyectos económicos: se enfocan en temas monetarios o en actividades que reporten alguna oportunidad de negocio para las empresas.

Proyectos fiscales: son aquellos que se relacionan con temas como las leyes, los procedimientos y reglamentos propios de la Hacienda púbica. Son propios del sector público y de entidades con facultades regulatorias.

Proyectos legales: apuntan a la redacción y puesta en marcha de leyes en un determinado contexto, país, región o localidad.

Proyectos médicos: están orientados al refuerzo de la salud y la sanidad y a la atención de pacientes en un lugar específico. Muchas ONG realizan proyectos de este tipo en países con necesidades de cobertura médica.

Proyectos matemáticos: impulsa las ideas para la publicación de teoremas académicos en este campo o que puedan tener una aplicación en la realidad.

Proyectos artísticos: buscan el impulso de iniciativas relacionadas con las artes plásticas, la arquitectura, el cine, la literatura, la escultura, etc.

Proyectos literarios: se especializan en la producción, redacción, revisión y publicación de una obra expresada en lengua escrita.

Proyectos tecnológicos: llevan a cabo iniciativas que tienen como principal objeto la producción de un bien tecnológico que suponga una mejora en áreas o regiones específicas. El acceso a internet en países con escaso desarrollo es un buen ejemplo de este tipo de proyectos.

Proyectos informáticos: se relacionan con la instalación y puesta en marcha de sistemas informáticos con determinados fines. Las empresas requieren cada cierto tiempo una actualización de dichos sistemas.



Proyecto empresarial: elementos a tener en cuenta

No obstante, una iniciativa de este tipo es mucho más compleja que el hecho de montar un negocio y echarlo a andar en el mercado. Se necesita toda una estructura y un plan de acción que, por desgracia, no todos los emprendedores del área de los negocios y las finanzas conocen. De ahí el éxito o el fracaso de cada uno.



Lo que no puede faltar en tu proyecto de negocio

Un proyecto empresarial es básicamente la suma de acciones para desarrollar ideas de negocio. Pero no puede ser cualquier idea; debe ser con dos condiciones básicas: la viabilidad comercial y financiera y la visión a corto, medio y largo plazo.

Lo hemos dicho otras veces en varios post, pero no por ello debemos dejar de insistir: las empresas no se crean de la nada ni tampoco se constituyen de la noche a la mañana. Todas llevan consigo un exhaustivo trabajo de análisis y de formalización comercial, financiera y jurídica que les ayudan a cobrar forma.

El primer paso de todo ello es el planteamiento de un proyecto empresarial como tal, es decir, un documento que a grandes rasgos debe incluir los siguientes aspectos:

Justificación del negocio y de las acciones que se tomen en las primeras fases de su constitución. O dicho de otro modo, la razón de ser de ese negocio en el mercado que pretende ingresar y las motivaciones que mueven tanto a sus directivos como a los servicios o productos que se ofrecen.

Estudio del mercado al que se aspira como destino, lo cual se traduce en un análisis del entorno en el que la empresa se desempeñará: precios, marcas de la competencia, riesgo de nuevos productos, canales de acceso a los consumidores, conocimiento de los clientes, entre otros.

Trámites administrativos y legales necesarios para poner en marcha la idea de negocio, los cuales suelen variar entre continentes, países y, a veces, entre regiones de un mismo territorio. Esto habla básicamente del cumplimiento de las normas vigentes para que la empresa se ciña a todos los requerimientos.

Fuentes de financiación o vías a través de las cuales la empresa conseguirá la liquidez y los recursos necesarios para el pago de sus obligaciones, así como para el desarrollo de planes de expansión o de estrategias de venta. La idea en este punto es que el proyecto empresarial sea viable a largo plazo.

Análisis integral que dé cuenta de las opciones reales de las empresas en el momento en que ingresen al mercado. Para este tipo de estudios se emplean herramientas como el conocido análisis DAFO, a través del cual se conocen las debilidades, fortalezas, amenazas y oportunidades de una idea de negocio en el área comercial a la que se proponga ingresar.

Como vemos, el proyecto empresarial es todo un proceso que inicia desde cuando se plasma una idea de negocio en un primer documento y que probablemente sólo se dé por terminado cuando la empresa se ha constituido legal y formalmente.



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